Al día siguiente consiguió huir de la capital zaragozana y logró llegar a Tortosa, donde formó la Columna «Carod-Ferrer»[2] con el comandante de la guardia civil José Ferrer Bonet.
En septiembre se integrarían en la Columna «Sur-Ebro» de Antonio Ortiz Ramírez.
En Moneva, salvó del fusilamiento al cura Enrique Guallar, amigo de la niñez.
[6] Lograría pasar a Francia,[7] donde fue internado hasta finales de 1940.
Entonces se unió al grupo de Francisco Ponzán, colaborando con la Resistencia francesa contra la ocupación nazi.