En Tehuantepec se fortificaron los zapotecos al mando de su rey Cosijoeza, e infligieron una gran derrota a las tropas aztecas.
[8] Tehuantepec ha sido un centro cultural referente para artistas, fotógrafos y forasteros a nivel mundial.
Durante el siglo XIX y el siglo XX diversos artistas se interesaron en Tehuantepec por su iconografía de la identidad mexicana representada en la mujer tehuana dentro del proyecto nacionalista promovido por el filósofo y político mexicano José Vasconcelos.
En el siglo XIX los cronistas más representativos en describir la cultura istmeña fueron los franceses Mathieu de Fossey y Charles Etienne Brasseur; el primero muestra en su libro Le mexique (1857) un Tehuantepec dentro del contexto geopolítico que abarca las primeras negociaciones por intentar construir el canal interoceánico en la región del Istmo; el segundo, en su libro Viaje por el Istmo de Tehuantepec (1859) relata la fascinación por la mujer tehuana que ayudaría a forjar la imagen de las mujeres del istmo como seres excepcionales.
Así mismo, la representación plástica y gráfica de las tradiciones y costumbres tehuanas se tradujo en obras de artistas como Claudio Linati, Miguel Covarrubias, Rosa Rolanda, Saturnino Herrán, Ángel Zárraga, Frida Kahlo, Roberto Montenegro, Adolfo Best Maugard, Rufino Tamayo, Oswaldo Barra, José Parres Arias, Alfonso X.
En la actualidad el atractivo por Tehuantepec se ha visto reflejado en la obra del artista contemporáneo Octavio Márquez (OM).
[11] El poeta chileno Pablo Neruda, a su vez, en su paso por el Istmo de Tehuantepec dejó registrada su impresión en su biografía Confieso que he vivido.
La cinematografía es otra de las artes que registraron Tehuantepec a principios del siglo XX.
Tehuantepec tiene distintos fotógrafos nacionales e internacionales entre ellos Lorenzo Becerril, Luis Lupone, Oscar Necoechea y Alex Webb.
El precio del traje de gala puede llegar a costar hasta 15.000 pesos cuando es bordado, sin contar los accesorios, como cadenas, anillos, engarzados, pulseras, ahogadores, trenzas, guías de flores, refajos, enaguas cortas, etc.; llegando a costar el ajuar completo hasta 60.000 pesos o más.
Santo Domingo Tehuantepec es un pueblo que, por ser antiguo, tiene costumbres y tradiciones muy arraigadas en sus habitantes.