Cursó la escuela primaria en el anexo a la Normal de Maestros, en la Ciudad de México, donde se instaló toda la familia para nunca regresar a Durango.
[6] En 1906 exhibe por primera vez en una muestra colectiva en el Museo del Prado de Madrid.
La muestra comprendía 20 cuadros hechos en España y cinco realizados en México.
A finales de ese mismo año, su segunda exposición en México es inaugurada por su padre, Justo Sierra y Antonio Rivas Mercado.
A su regreso al Viejo Continente, se instala definitivamente en París por 35 años.
[8] A pesar de sus logros en distintos estilos y diferentes temáticas, el mismo artista cuenta en sus escritos que su "salvación" en lo financiero y espiritual fue la obra dedicada a lo religioso y a temas deportivos –sobre todo al fútbol, del que era fanático–; la plasticidad del deporte lo lleva eventualmente al muralismo.