Sus territorios abarcaban la actual Turquía, Oriente Próximo, Arabia, gran parte del norte de África y los Balcanes.
Venecia pide ayuda a las potencias cristianas, pero solo el Papa Pío V les responde.
El Papa consigue convencer al rey de España para que también ayude, y se forma una armada para enfrentarse a los turcos.
Juan Andrea Doria, al ver que no hay acuerdo posible entre las fuerzas cristianas, decide volverse a Sicilia el 5 de octubre.
El Papa y Venecia culpan al almirante español del fracaso de la operación.
Tras salir de su capilla, manifestó que durante el rezo había sido divinamente inspirado y anunció que: la Santísima Virgen María ha concedido la victoria a las huestes cristianas frente a la barbarie mahometana.
Se contaron 190 galeras turcas apresadas, de las que sólo 130 estaban útiles, quemándose las otras 60.
Una vez finalizada la contienda, los beligerantes ganadores exhortaban:No virtus, non arma, non duces, sed Maria Rosarii victores nos fecit.Ni el valor, ni las armas, ni los caudillos, sino Nuestra Señora del Rosario nos convirtió en ganadores.
En 1573, tras que la flota de la liga fallara en navegar juntos, Don Juan llego a tomar la Ciudad de Tunez, para que al final el Imperio Otomano retomó la ciudad en cuestión un año más tarde.