[6] La prisión y muerte de Leocadia fue narrada en un relato del siglo VII.[6] Las primeras fuentes hagiográficas datan, probablemente, del siglo V. Narran que Leocadia pertenecía a una familia noble.[2][6] Inicialmente fue enterrada en el cementerio de Toledo, en la zona occidental, junto al Tajo,[6] donde estuvieron sus restos hasta el siglo VIII.Las de Leocadia fueron llevadas a Oviedo, donde Alfonso el Casto erigió un templo en su honor.[9] Se la representa con una cruz por la que dibujó en prisión en la roca,[6] y con la palma del martirio.