Cecilia de Roma, más conocida como santa Cecilia (en latín, Sancta Caecilia), según el Martyrologium hieronymianum, fue una noble romana, convertida al cristianismo y martirizada por su fe en una fecha no determinada, entre los años 180 y 230.Entre los frescos posteriores que adornan la pared del sepulcro, aparece dos veces la figura de una mujer ricamente vestida, y aparece una vez el papa Urbano I (quien ―según las Actas de santa Cecilia― había tenido una estrecha relación con la mártir).Venancio Fortunato, obispo de Poitiers muerto en el año 600, en su libro Miscellánea (1.20 y 8.6) escribió que entre los años 176 y 180 (en la época del emperador Marco Aurelio) había muerto una Cecilia en la isla de Sicilia.La parte más antigua de esta catacumba fecha todos estos eventos al final del siglo II; por consiguiente, desde ese momento hasta la mitad del siglo IV es el período dejado abierto para el martirio de Cecilia: 180 a 350.Se utilizaron en los prefacios de las misas del Sacramentarium leonianum (páginas 149-152 en referencia exclusiva a su carácter como mártir).Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la vía Apia, donde debía encontrarse con el papa Urbano I (f.Como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa en el ardiente cuarto.El ejecutor dejó caer su espada tres veces pero no pudo separar la cabeza del tronco.Cecilia vivió tres días más, dio limosnas a los pobres y dispuso que después de su muerte su casa debía dedicarse como templo.[cita requerida] La Enciclopedia Católica señala que el relato en sí no tiene valor histórico; es un romance pío, como tantos otros recopilados en los siglos V y VI.La Enciclopedia Católica señala que estos tres santos fueron enterrados en las catacumbas de Pretextato en la Vía Appia, y sus tumbas se mencionan en el antiguo Itineraria peregrino.La palabra latina órganis es el plural de órganum, que significa ‘instrumento musical’, y se tradujo como ‘órgano’.[7] No obstante, el Padre Juan Croisset en su Año Cristiano, interpretó que lo dicho por la santa hacía más referencia a su dolor antes de la boda.Mientras se realizaban las fiestas previas a la boda, ella hacía mortificaciones con cilicio y súplicas al Señor en su interior.Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música».[cita requerida] Con los siglos, la figura de Cecilia permaneció venerada por la Humanidad con ese padrinazgo.Desde el siglo XVII en Francia, Italia y Alemania se celebraba su día con festivales musicales.La práctica musical en sí misma se estaba convirtiendo en la quintaesencia de la virtud, y tenía como meta el virtuosismo.Algunas pinturas, como las de Artemisia Gentileschi y Bernardo Strozzi, muestran la conexión entre la ejecución virtuosa, la imagen cada vez más fuerte del artista, y una cultura que en el curso del siglo XVI se vuelve cada vez más extrovertida.[9] Actualmente es universal el estatus icónico de Santa Cecilia como patrona de la música, aunque al principio se la relacionaba solamente con Roma, donde se construyó su antiquísima basílica en el siglo V.No son muy conocidas las conexiones entre santa Cecilia y Florencia, donde una nueva academia musical la adoptó como patrona en 1607.La Oda para el Día de Santa Cecilia Ode for St.La primera parte del poema se relaciona con la leyenda popularizada en el siglo XVI.«Santa dama», «cadencia reverente», «salmo sutil», «virgen inocente» y «cisne negro» son palabras reminiscentes de los madrigales del siglo XVI.La referencia a «construyó un órgano para hacer más grande su plegaria» (constructed an organ to enlarge her prayer) es un préstamo del texto del poema La fiesta de Alejandro, de Dryden (enlarg'd the former narrow bounds and added length).Su contraparte romana era Venus, quien flotaba sobre una caracola (como en la famosa pintura de Botticelli).La santa lleva en la cabeza un tocado que muestra su condición de noble romana.La Iglesia católica incluyó a Cecilia en el Canon Romano de la misa:Los cuadros medievales de la santa son muy frecuentes; desde los siglos XIV y XV se le asigna como atributo un órgano o se la representa sentada tocando el órgano, evidentemente para expresar lo que se le atribuyó erróneamente a menudo en los panegíricos y poemas basado en una mala traducción de las Actas de Santa Cecilia: Cantátibus órganis [...] illa decantábat.Posiblemente el cantántibus órganis fue interpretado erróneamente como si la propia Cecilia hubiera sido la organista, lo cual abonó la relación imaginaria entre la santa y la música.
Relieve en mármol de la santa Cecilia de Roma. Balthasar Schmitt, Roma 1892