Hacia el siglo VIII, monjes orientales provenientes de la comunidad fundada en Jerusalén por San Saba tomaron posesión del sitio e instituyeron allí un monasterio que en el siglo IX era considerado el más importante de la ciudad, y desde el cual irradiaba en estos siglos una intensa actividad diplomática hacia Constantinopla y el mundo bárbaro.
El monasterio se hizo muy rico con el tiempo: poseía, entre otros, los castillos de Marino y Palo.
Entre 1907 y 1914 el Bloque Popular que gobernaba la ciudad (radicales, republicanos y socialistas, alcalde Ernesto Nathan) hizo que el Istituto Autonomo Case Popolari (IACP) construyera en el Piccolo Aventino, entre la iglesia y las murallas, diez parcelas de edificios residenciales destinados a la pequeña burguesía urbana, situados entre los últimos edificios residenciales proyectados dentro de las murallas aurelianas.
Hay un quiosco, algunas tiendas de alimentos, un bar, y antiguamente había también un cine (llamado Rubino) que actualmente se ha convertido en un pequeño teatro, el Anfitrione.
Hay, en definitiva, todo lo que hace autónomo y reconocible a un pueblo, incluidas las costumbres de los residentes.