San Román de los Infantes

Además, se consignan los típicos gravámenes de luctuosa, martiniega, fonsadera, nuncio, mañería y algaravidad, cuya cuantía económica no señala, precisándose finalmente que todos lo pagos por obligaciones del fuero han de hacerse en buena moneda, y que el clérigo del lugar debe satisfacer anualmente al señor un solo yantar.Respecto de las estaciones intermedias, estas están menos definidas y, entre ellas, son más constantes los otoños que las primaveras.Se caracterizan por su buena escorrentía, regular drenaje y capa freática profunda.[5]​ Se puede decir que los conocidos acantilados del Duero tienen su comienzo en el término de San Román, encajándose el río en tajos cada vez más profundos que se dirigen hacia tierras portuguesas y, tras alcanzarlas, su cauce describe un giro de 90° hacia el sur para durante casi 100 km constituirse en parte de "La Raya" o frontera entre España y Portugal, y formar un espacio natural que por su calidad ambiental y gran diversidad ha sido protegido en ambos países ribereños, consitituyéndose del lado español el conocido parque natural de Arribes del Duero y del portugués el Parque natural do Douro Internacional.Entre los mamíferos, cuya familia es también muy abundante, se puede encontrar algunas especies típicamente mediterráneas como el topillo de Cabrera, la musarañita o el ratón moruno.Entre los carnívoros también encontramos unas cuantas especies como puede ser el lobo, la garduña, la comadreja, el turón, la nutria y varios más.[5]​ El equipamiento social y cultural de esta pequeña localidad es en general muy escaso: posee una iglesia con misas los sábados, escuela destinada para actividades culturales, servicio médico con consulta una vez cada dos semanas, abastecimiento de agua suministrado por Sayagua.