San Pelayo de Castro

Ubicado sobre ricas vegas junto al río Esla, sus tierras eran fértiles para la agricultura y también para la pesca.

[2]​ Era un puente de barcas que venía a erigirse como el paso fijo principal sobre esa parte del Esla.

[2]​ Esto provocó reclamaciones del comendador de Castrotorafe, propietario de la barca, al sentirse perjudicado y reclamó una recompensa del nuevo portazgo establecido.

No obstante, el puente duró poco y las aguas se lo llevaron, volviendo a instaurarse el paso móvil mediante la barca.

En 1858 pasó a gestionarse por el político zamorano Ramón Zorrilla del Árbol.