En este paso se evalúan (de acuerdo con alguno de los criterios explicados seguidamente) las propuestas (ofertas) y se otorga el contrato a la oferta ganadora.
[1][2] Normalmente al llegar a este punto la elegibilidad de las propuestas ya ha sido determinada.
Este criterio es el más sencillo y antiguo de todos: el contrato se otorga a la oferta de precio menor (más baja).
Este criterio puede aplicarse a aprovisionamientos donde se esperan numerosas propuestas y existe la necesidad de un valor que represente el del mercado.
Hay también muchas variantes o combinaciones de estos métodos principales.