La primera ermita que se construye fue un galerón rústico de madera.
A finales del siglo XIX se edifica un segundo templo, hecho en calicanto destruido por el terremoto de 1910.
Posterior al terremoto se construyó un tercer templo en zócalo y metal.
Esto representó un acontecimiento que marcaría en gran medida el futuro de San Jerónimo.
A partir del mismo año se convierte en el quinto distrito de Naranjo.