Los aportes de Simón Rodríguez versan sobre política, economía, educación, ética y sociología.[4] Miguel Luis Amunátegui, quien fuera el primer biógrafo de Simón Rodríguez, posiblemente se haya basado en el testimonio de Andrés Bello, a quien conoció en Santiago, Chile, puesto que Andrés Bello y Simón Rodríguez habían sido vecinos en Caracas; habitaron ambas casas del Callejón de la Mercedes.Sin embargo, la tradición ha dado por cierto que Simón Rodríguez y Cayetano Carreño fueron hijos naturales del sacerdote Alejandro Carreño y Rosalía Rodríguez, y así lo recogen tanto Arístides Rojas ―quien afirma haber recibido sus datos del último hijo sobreviviente de Cayetano Carreño (también llamado Cayetano), sobrino de Simón Rodríguez―[7] como Ramón de la Plaza.Esta última ejerció su custodia temporal, hasta que la Real Audiencia de Caracas resolvió el litigio judicial y devolvió a Carlos Palacios la custodia de Bolívar.Allí, Bolívar compartió espacio con otros veinte niños en condiciones inapropiadas y escapó en varias ocasiones, aunque fue devuelto por orden de los tribunales.Sin embargo, la relación con Rodríguez, a quien posteriormente llamaría "mi maestro", fue beneficiosa y duró hasta que Bolívar cumplió 14 años.En 1824, Bolívar, en una carta dirigida al general Santander, mencionó que su maestro "enseñaba divirtiendo".Esta filosofía, que buscaba romper con las tradiciones educativas del colonialismo español, se manifestó en toda la obra y el pensamiento de Rodríguez.[12] El año anterior (1803) Bolívar había viajado a Europa desolado porque el 22 de enero de 1803 había fallecido en Caracas su esposa madrileña, con la que estuvo casado apenas unos meses.En 1826, establece una segunda escuela-taller como parte del proyecto para toda Bolivia.Muy importante es su trabajo titulado Sociedades Americanas, dividido en varias ediciones publicadas en Arequipa (1828), Concepción (1834), Valparaíso (1838), y Lima (1842, 1843), así como en algunos extractos publicados en periódicos[14], vinculados con la obra principal, tales como El Mercurio de Valparaíso (1840) y el Neo-Granadino (1849).de Guadalupe MMIII Editora Alción, Córdoba, Argentina, 2003. p. 35), la que le costó su cese como maestro en La Plata -mal llamada "Sucre- en Charcas, hoy Bolivia.La nada inocente solicitud que hizo Rodríguez acerca de promover el desarrollo del “niño preguntón”.Estas observaciones no solo reflejaban la situación de la época, sino también los ideales progresistas que Rodríguez compartía con su discípulo, Simón Bolívar.[21] Rodríguez, influenciado por las ideas ilustradas europeas, creía en la especialización y en la preparación meticulosa de los maestros.[21] Aquí, Rodríguez toca un punto crucial que aún resuena hoy: la calidad versus la cantidad en la educación.En su lugar, visualizaba la propiedad en pequeñas parcelas, enfatizando la necesidad de una educación adecuada para respaldar esta estructura.Identificó dos pilares principales en su sistema educativo propuesto: Estos dos elementos, en conjunto, serían esenciales para la construcción de las sociedades americanas.La influencia de Rodríguez en Bolívar fue profunda, dejando una marca indeleble en el carácter y pensamiento libertario del futuro Libertador.Abogaba por considerar las contribuciones de todos los ciudadanos y por eliminar la dominación hegemónica europea.Aunque valoraba el conocimiento europeo, Rodríguez insistía en la originalidad y el discernimiento, resumido en su célebre frase: "tomen lo bueno, dejen lo malo, imiten con juicio, y por lo que les falte inventen".
Simón Bolívar
Simón Rodríguez vivió sus últimos años en Ecuador.
Estatua de Simón Rodríguez en la ciudad venezolana de Barcelona.