A los hornachegos siguieron otros moriscos expulsados sin bienes y sin honra que buscaron venganza en el bandolerismo marítimo o piratería; por ejemplo, las razias africanas del verano de 1625 en el sur de Inglaterra rindieron 1,000 esclavos ingleses, transportados para su venta en Salé.
[3] Mientras que los hornachegos se dedicaron a armar barcos, otros moriscos formaron sus primeras tripulaciones.
El principal puerto del reino se desplazó entonces a Esauira (Mogador), aunque Salé mantuviera cierta actividad corsaria hasta una fecha tan tardía como 1829.
En la actualidad, Salé es una ciudad poco visitada por los turistas y que cuenta con una población bastante más conservadora en comparación a Rabat.
De todas formas, sus cafés son un grato lugar para compartir con la gente, siempre junto a un delicioso té marroquí.