El término de planta ruderal proviene del latín ruderis, que significa escombro y se aplica a aquellas plantas que se caracterizan especialmente por su capacidad de desarrollarse en lugares muy pobres, desfavorables o devastados a nivel botánico.
[1] En ella teoriza que las plantas responden a diferentes factores ambientales de manera que pueden ser clasificadas en tres tipos: Competidoras (C), Resistentes al estrés (S, stress-resistant en inglés) o Ruderales (R).
Las plantas ruderales, según esta clasificación, tienen pequeño tamaño, escasa ramificación, ciclos de vida cortos, crecimiento rápido y fuerte potencial reproductivo.
En definitiva, las plantas ruderales son en sí competidoras y resistentes al estrés tanto térmico como hídrico, capacidades ideales para prosperar en lugares adversos.
Hay quien las define como plantas espontáneas u oportunistas, plantas salvajes y que surgen sin ayuda especial, sin voluntad o mediación directa del ser humano.