El encargo se realizó al arquitecto del Ayuntamiento Ricardo Magdalena,[3] que concibió el proyecto en dos etapas.
En la primera se construirían los faroles correspondientes a los Padrenuestros, Avemarías, Glorias y Letanía.
En la segunda, a los quince misterios, más grandes y monumentales que los anteriores, construidos para ser transportados sobre carrozas.
También la tecnología va haciéndose su hueco en la tradición, que en 1957 incorpora la megafonía al recorrido y en 1969 sustituye las velas de los faroles por iluminación eléctrica alimentada por pilas.
La procesión personifica un rosario, en el que las cuentas han sido sustituidas por faroles de cristal.
El color varía dependiendo del tipo de misterio que se esté contemplando.
Fue donada por el Ayuntamiento que encargó la obra a los arquitectos zaragozanos José y Manuel Romero Aguirre Salió por primera vez en la procesión en 1946.