Misterios gloriosos

Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo... Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios.

No sabían qué pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes.

Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, cómo os decía: ‘Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, pero al tercer día resucitará.’» Y ellas recordaron sus palabras.

Replicó Jesús: «Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre.

Ya había tenido lugar lo que sólo Mateo menciona respecto al terremoto, a la remoción de la piedra y al terror experimentado por los guardias, hasta el punto de yacer como muertos en alguna parte.

María, sin embargo, estaba fuera, llorando junto al sepulcro, es decir, delante de aquel lugar donde estaba el sepulcro excavado en la roca, pero dentro de aquel espacio adonde ya habían entrado.

Entonces les dijo: No temáis; sé que buscáis a Jesús el crucificado.

Recordad cómo os habló cuando aún estaba con vosotros en Galilea, diciéndoos: Conviene que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, sea crucificado y al tercer día resucite.

Entonces, ya según Mateo, en esto les sale al encuentro Jesús diciéndoles: Dios os salve.

Así deducimos que la doble alocución de los ángeles la escucharon al llegar al sepulcro, y la del Señor, una primera vez, en el momento en que María le tomó por el hortelano, y ahora, por segunda vez, cuando les salió al encuentro en el camino, para afianzarlas con la misma reiteración y liberarlas del temor.

"Te ofrecemos, Señor Jesús, esta undécima decena en honor de tu Resurrección gloriosa.

Mientras ellos estaban mirando fijamente al cielo, viendo cómo se iba, se les presentaron de pronto dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Galileos, ¿por qué permanecéis mirando al cielo?

Este Jesús, que de entre vosotros ha sido llevado al cielo, volverá tal como lo habéis visto marchar»."

"Te ofrecemos, Señor Jesús, esta decimosegunda decena en honor de tu Ascensión triunfante.

"Dios te salve, María, llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús que sube al cielo.

Residían en Jerusalén hombres piadosos, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.

Estupefactos y admirados, decían: «¿Acaso no son galileos todos estos que están hablando?

¿Cómo es posible que les oigamos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios?» Todos estaban estupefactos y perplejos, y se decían unos a otros: «¿Qué significa esto?» Otros, en cambio, decían riéndose: «¡Están repletos de vino!» Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó la voz y les dijo: «Judíos y todos los que vivís en Jerusalén: Que quede bien claro lo que os voy a decir; prestad atención a mis palabras."

La Iglesia ha recibido este nombre del Señor y lo profesa en el Bautismo de sus nuevos hijos."

"Dios te salve, María, llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús que te envía la plenitud del Espíritu Santo.

Nos, que hemos puesto nuestro pontificado bajo el especial patrocinio de la Santísima Virgen, a la que nos hemos dirigido en tantas tristísimas contingencias; Nos, que con rito público hemos consagrado a todo el género humano a su Inmaculado Corazón y hemos experimentado repetidamente su validísima protección, tenemos firme confianza de que esta proclamación y definición solemne de la Asunción será de gran provecho para la Humanidad entera, porque dará gloria a la Santísima Trinidad, a la que la Virgen Madre de Dios está ligada por vínculos singulares.

Es de esperar, en efecto, que todos los cristianos sean estimulados a una mayor devoción hacia la Madre celestial y que el corazón de todos aquellos que se glorían del nombre cristiano se mueva a desear la unión con el Cuerpo Místico de Jesucristo y el aumento del propio amor hacia Aquella que tiene entrañas maternales para todos los miembros de aquel Cuerpo augusto.

[...]¡Oh, cómo el Creador del universo tomó en sus manos aquella alma sacrosanta del tabernáculo que había acogido a Dios en su emigración: honrando legítimamente a aquella que, aun siendo esclava por naturaleza, la hizo Madre suya legítima por el inescrutable abismo de su benignidad mediante una justa dispensa, cuando se encarnó verdaderamente, y no se opuso a la desnuda naturaleza humana.

Mas de esta fue inmune la Bienaventurada Virgen, pues concibió al Salvador sin corrupción, lo llevó con solaz, y lo dio a luz con alegría.

La segunda maldición se dio al hombre, a saber, que con sudor comería su pan.

La tercera (maldición) fue común para varones y mujeres, a saber: que volverían al polvo.

Pues creemos que después de su muerte fue resucitada y llevada al cielo.

"[5]​ "Dice la Virgen a la Santa: Como cierto día, transcurridos algunos años después de la Ascensión de mi Hijo, estuviese yo muy ansiosa con el deseo de ir a estar con Él, vi un ángel resplandeciente como antes había visto otros, el cual me dijo: Tu Hijo, que es nuestro Dios y Señor, me envía a anunciarte que ya es tiempo de que vayas a él corporalmente, para recibir la corona que te está preparada.

Vinieron los amigos de mi Hijo enviados por disposición divina, y enterraron mi cuerpo en el valle de Josafat, y los acompañaron infinitos ángeles como los átomos del sol; pero los espíritus malignos no se atrevieron a acercarse.

"Dios te salve, María, llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús que te resucita.

Vitral de los misterios gloriosos en la Iglesia de Montlouis-sur-Loire , Francia .
Resurrección del Señor , de Bartolomé Esteban Murillo .
Vitral de la Resurrección en la Abadía de Lambach , Austria .
Vitral de la resurrección en la Basílica de Châteauneuf-sur-Cher , Francia .
Incredulidad de Santo Tomás , 1849, de Vicente López Portaña .
La Resurrección de Cristo , de Samuel van Hoogstraten .
Vitral de la Resurrección en la Iglesia de San Remigio en Scrupt , Marne .
Ascensión , de Ludovico Carracci .
Vitral de la Ascensión en Nantes , Francia.
Vitral de la Ascensión en la Iglesia de Dourdan , Francia.
Pentecostés , de Juan Bautista Maino .
Vitral de Pentecostés en la Iglesia de la Asunción, Baja Baviera .
Inmaculada Concepción de Aranjuez , de Bartolomé Esteban Murillo .
Vitral de la Asunción en Eisgarn , Austria .
Vitral de la Asunción en Landivisiau , Finisterre .
Inmaculada Concepción , de Giovanni Battista Tiepolo .
Vitral de la Asunción en Châteauneuf-du-Pape , Francia.
La Coronación de la Virgen , de Diego Velázquez .
Vitral de la Coronación de María en Rouffach , Francia.
Coronación de la Virgen , de Simone Cantarini .
Vitral de la Coronación en la Catedral Basílica de San Miguel , Toronto.