Estos misterios luminosos fueron añadidos al rosario por iniciativa del papa Juan Pablo II en 2002 por medio de la carta Rosarium Virginis Mariae.
Después bajó a Cafarnaún con su madre, sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días."
Mc 1, 15), perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe (cf.
En esto, se les aparecieron Moisés y Elías, que conversaban con él.
Tomó Pedro la palabra y dijo a Jesús: «Señor, está bien que nos quedemos aquí.
Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y salió de la nube una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.» Al oír esto los discípulos, cayeron rostro en tierra llenos de miedo.
Tomó Pedro la palabra y dijo a Jesús: «Rabbí, está bien que nos quedemos aquí.
Entonces se formó una nube que los cubrió con su sombra, y llegó una voz desde la nube: «Éste es mi Hijo amado; escuchadle.» Al momento miraron en derredor y ya no vieron a nadie más que a Jesús con ellos."
Cuando ellos se separaron de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, está bien que nos quedemos aquí.
Estaba diciendo estas cosas, cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra.
Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto."
"Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro.
Muestra también que para "entrar en su gloria" (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén" (CIC, 555) "Misterio de luz por excelencia es la Transfiguración, que según la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor.
Y les dijo: «Ésta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos.
Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba, nuevo, en el Reino de Dios.»" "Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Éste es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo, después de cenar, tomó la copa y dijo: «Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros."
"Al celebrar la última Cena con sus apóstoles en el transcurso del banquete pascual, Jesús dio su sentido definitivo a la pascua judía.