Este caldo se llamaba rozsół (o rozsol), de donde deriva su nombre actual.
Se sirve con pasta como tallarines[3]o cintas,[4] con bolitas de masa,[5] con patatas o con matzá.
La preparación consiste en cocinar la carne acompañada por un conjunto de verduras (mirepoix).
Para preparar un caldo sabroso y sustancioso la cocción de los ingredientes debe comenzar con agua fría, llevándola lentamente a un ligero hervor.
Esta forma de cocinar hace que la mayor parte de los nutrientes contenidos en la carne y las verduras pase al caldo, que una vez sazonado se convierte en el rosół.