[2] Catoira fue desde la antigüedad un lugar estratégico, la entrada por el mar hasta Compostela, por lo que ya desde la Edad Media se estableció un importante complejo militar para la defensa del sepulcro del apóstol de los ataques principalmente normandos y sarracenos, por lo que se construyeron diversas torres de defensa en el fondo de la ría, donde desemboca el río Ulla, las llamadas Torres de Oeste.Además, por lo visto en el castillo, nació Diego Xelmírez, primer arzobispo de Santiago, ya que su padre, el caballero Xelmirio, había sido alcaide de la fortaleza en el siglo XI.Las torres impidieron durante siglos el ascenso por el Ulla de los ejércitos normandos y sarracenos; el diseño final del siglo XIII era un recinto elíptico con siete torres (quedan actualmente en pie, solo dos del siglo XI; las ruinas de otras dos son del siglo XII, siendo de época romana los restos de otras que se orientan hacia el interior).En la Alta Edad Media llegan a Jakobsland (nombre que ellos le daban a Galicia) los primeros grupos de piratas normandos atraídos por las noticias sobre las riquezas capitalinas compostelana.En 859 y 968 se hizo, sin embargo, una buena defensa gallega desde el ‘’Castellum Honesti’’ (Torres de Oeste), consiguiendo detener el ataque escandinavo e impidiendo que estos consiguieran Compostela.Además, Pedro Montañés, coronado con ramas de árboles, representaba el temible vikingo Ulfo y saltaba a la tierra desde su dorna para ir al encuentro del obispo Cresconio, representado por el rey Romero que, con solemnes palabras, dominaba al invasor, haciéndole arrodillarse sumisamente ante el representante de la cristiandad.[4] La romería es también importante para Galicia por el intercambio cultural sobre las invasiones normandas que se vinieron desarrollando en Catoira con su hermanamiento en 1993 con la villa dinamarquesa de Frederikssund y, un año más tarde, en 1994, con la villa británica de Watchet, las tres ligadas históricamente por el desembarco vikingo.