Su interés fue siempre la investigación de noticias poco conocidas del pasado, para escribir crónicas históricas locales.
Fue el segundo de los 16 hermanos nacidos del matrimonio conformado por Wenceslao Hernández y Natalia Cornejo.
Se inició a los diecisiete años en distintos periódicos de Melipilla, entre ellos La Constitución, El Deber y La Unión.
Compartió tertulias culturales con Augusto Orrego Luco, Julio Vicuña Cifuentes, Enrique Matta Vial y otros.
Actualmente, sus descendientes formaron una Fundación (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).