Según la Revista Católica: «Fue un gran corazón que supo conquistarse el afecto profundo del pueblo con su bondad inagotable».
[cita requerida] Esto, unido a su afamada santidad, despertaba sentimientos de simpatía y devoción en sus feligreses, quienes lo llamaban «don Miguelito».
Escogió como lema de su escudo episcopal el nombre del arcángel Miguel (en hebreo: מיכאל Mija-El, Mija-Ya o Mikai-Yah, ‘¿Quién como Dios?’).
En ese periodo visitó las parroquias existentes y creó aquellas de San Miguel Arcángel en Colbún (1930) y Nuestra Señora de Carmen en Nirivilo (1933).
En su homenaje, se nombró a un colegio de la comuna de San Miguel Instituto Miguel León Prado (IMLP),[5] que empezó a funcionar en 1936.