Rita Fernández residiría durante su infancia en la capital orensana, pasando las vacaciones en A Torre.Entre 1932 y 1936 superó cuatro cursos académicos, aprobando todas las asignaturas.[1] La Guerra civil interrumpió su trayectoria académica, al cortarse las clases, y no pudo reanudar sus estudios hasta 1939.[11] La arquitecta permaneció en Madrid, en tanto que su marido se quedaba en Murcia los días de diario y volvía al domicilio familiar los fines de semana.[4] En 1955, toda la familia se estableció en Murcia y Rita Fernández reanudó la práctica profesional.[4] Realizó asimismo trabajos como profesional independiente, para la inmobiliaria Crisa en Murcia y también en Madrid.Rita Fernández Queimadelos abandonaría la práctica profesional y salvo algunos proyectos esporádicos, no volvió a ejercer.