[2][3] Después de haber fundado su escuela, La Siempreviva, y haberla dirigido durante 7 años, Rita fue nombrada directora del Instituto Literario para Niñas, que fue la escuela para mujeres más importante de su tiempo en Yucatán.
Por esta razón cerró temporalmente La Siempreviva, misma que reabrió en 1879, manteniéndola en funcionamiento hasta su cierre definitivo en 1886.
Influyó por este hecho en no pocas personas que continuaron su lucha como fue el caso de Elvia Carrillo Puerto, quien fue su alumna.
Si bien, no se le ha reconocido como una de las escritoras más prominentes del siglo XIX, Rita se mostró como una escritora que procuró hacer presente la imagen de la mujer ilustrada en este siglo.
Este movimiento feminista local abrió el camino para la participación femenina en diversos ámbitos, desde asociaciones civiles hasta la política, dejando un legado de fortaleza y acción para las mujeres yucatecas.