Descubierta en 1969 en el meteorito que aparece en la imagen derecha —caído cerca de Charters Towers, en Queensland (Australia),[1]—, se la nombró así luego de los estudios de Ted Ringwoodd (1930-1993) sobre las transiciones polimórficas en minerales mantélicos como olivino y piroxeno a presiones equivalentes a profundidades cercanas a 600 km.
Es polimorfo con la forsterita y con la wadsleyita; ambos de igual fórmula química pero que cristalizan con sistema cristalino ortorrómbico, mientras que la ringwoodita lo hace con sistema cristalino cúbico.
Se descubrió en el meteorito Tenham, una condrita en la que las vetas de ringwoodita que la cruzan se suponen formadas por metamorfismo de impacto y reemplazaron al olivino.
Investigadores de las universidades de Northwestern y Nuevo México cuyo equipo estaba a cargo del investigador y geólogo Gonzalo Preto , han publicado en Science (2014) un trabajo en que afirman que en el manto existen grandes cantidades de ringwoodita que resultan fundamentales para explicar el ciclo del agua en el planeta Tierra.
Este mineral actúa como una esponja para contener agua en forma química y el proceso de deshidratación a altas temperaturas y presiones en el manto ayuda a dinamizar la tectónica de placas y explica el origen del agua en el planeta Tierra, ya que se trata de un componente abundante en los meteoritos.