Su contribución a la antigua búsqueda del Jesús histórico la realizó desde la escuela de la historia de las religiones, buscando las relaciones e influencias que el gnosticismo y las religiones mistéricas tuvieron en la génesis del cristianismo primitivo.
Según Reitzenstein, este mito influyó o generó la idea del Cristo redentor.
Reitzenstein no consiguió un apoyo consistente de los expertos iranólogos hasta que Mark Lidzbarski tradujo el "Tesoro" (Ginza) de la religión mandea.
La dificultad en el estudio de este material es que no se logra encontrar manuscritos anteriores al siglo VII.
Aunque podrían tener algún estrato primitivo, es imposible saber si es anterior el redentor cristiano o el iranio.