Sin embargo, esta disposición puede haberse concebido posteriormente, pues el retrato de Bárbara parece ejecutado algo después del de su marido y es inusual que en retratos pareados se coloque al marido a la derecha del espectador.Han estado separadas al menos desde 1628, hasta que el retrato de Bárbara –que por mucho tiempo se consideró perdido– fue reatribuido a Durero en 1977.[5] Los dos retratos se volvieron a reunir en la exposición de 2012 del Museo Nacional Germano, titulada "El primer Durero".Alberto Durero el Viejo había viajado a Flandes donde, trabando con los artistas flamencos, había desarrollado gran aprecio por la obra de Jan van Eyck y de Rogier van der Weyden.Posteriormente resta importancia a los autorretratos y los ejecuta con técnicas «secundarias», como en sus dibujos del Varón de dolores y el dibujo desnudo de 1505, que representaba un cuerpo demacrado por la peste.Alberto Durero el Viejo tenía 62 o 63 años[9] cuando se pintó su retrato, en 1490.El de Bárbara se habría completado poco después, cuando tenía unos 39 años.Muchos historiadores del arte señalan que el retrato de la madre tiene partes insulsas, especialmente en torno a los ojos, y que quizá sea una copia casi contemporánea de un original perdido.[15] Lotte Brand Philip cree que la torpe ejecución del retrato de la madre indica que Durero lo pintó primero, como un intento juvenil de retratismo, y que Alberto el Viejo quizá más tarde haya "encargado" su propio retrato para acompañar el de Bárbara.Aun así los escritos de su hijo detallan una vida difícil y muchos contratiempos.Solo tres de sus dieciocho hijos sobrevivieron hasta la adultez –de ellos, 17 ya habían nacido cuando se hizo el retrato.[18] Al morir su marido, Bárbara quedó en la miseria y fue a vivir con su hijo.También murió dolorosamente... Me sentí tan dolido por ella que no lo puedo expresar."[20] A Bárbara se la muestra con un vestido rojo y una cofia de color blanco apagado que le cubre por completo el cabello e indica su estado marital.Bárbara en su juventud fue atractiva; su hijo la describió como "bonita y de postura erguida".[21] La tabla tiene un esbozo en pintura blanca y la composición parece haberse modificado significativamente desde la imprimación.El padre de Durero lleva una camisa oscura, un abrigo rojizo y un sombrero negro forrado en piel.[23] Además tienen grandes patas de gallo y están sombreados con pintura marrón.Los rasgos faciales están construidos con pinceladas más típicas del dibujo que de la pintura –a esa corta edad Durero era mucho más hábil como dibujante que como pintor.Habida cuenta del evidente afecto entre padre e hijo y la semisonrisa del hombre mayor, se pregunta si aquella mueca no habrá nacido de la satisfacción de Alberto el Viejo de que su arduo trabajo fuera premiado con un hijo con tanto talento, quien ahora iba a salir al mundo a cumplir con su wanderjahr.En su diseño sencillo y detallado comparte y anticipa muchas de las características de la obra del Durero maduro, que retrató a su padre otra vez en 1497, cuando este tenía unos 70 años.Se desconoce si Durero mismo preparó las tablas o las adquirió así.En ambas obras los modelos sostienen rosarios y se ha pintado minuciosamente sus manos.Tras haberse separado en algún momento entre 1588 y 1628, los dos retratos se reunieron brevemente en 2012 durante una exposición sobre Durero en Núremberg.