[1] El valor redentor de la resurrección se ha expresado a través del arte cristiano, así como en los escritos teológicos.
Sin embargo, el momento de la Resurrección no se describe como tal en los Evangelios, por lo que durante más de mil años no se representó directamente en el arte.
En su lugar, al principio se representaba mediante representaciones simbólicas, como el Chi Rho, las dos primeras letras griegas de Cristo, rodeadas por una corona que simboliza la victoria de la resurrección sobre la muerte.
En las Catacumbas de Roma, los artistas sólo insinuaban la Resurrección utilizando imágenes del Antiguo Testamento como el horno de fuego y el Daniel en la Guarida del León.
Dado el uso de símbolos similares en el estandarte romano, esta representación también transmitía otra victoria, la de la fe cristiana: los soldados romanos que una vez habían arrestado a Jesús y lo habían llevado al Calvario ahora caminaban bajo el estandarte de un Cristo resucitado.
[16] Su postura suele ser muy activa, en paralelo a las representaciones occidentales que lo muestran saliendo de la tumba.
Sin embargo, este tema sólo se desarrolló posteriormente en la teología y el arte occidentales.
Un buen ejemplo es el de la Iglesia de Chora en Estambul, donde también están presentes Juan el Bautista, Salomón y otras figuras, representando que Cristo no estaba solo en la resurrección.
A veces se muestra su torso por encima del borde superior del sarcófago, pero lo más frecuente es que esté de pie sobre él, o que coloque un pie en el borde.
La losa siempre ha sido retirada (por un ángel, aunque rara vez se muestra), y puede quedar a un lado de la escena en un ángulo diagonal.
A veces Cristo está enmarcado por una mandorla Las representaciones de la resurrección siguieron evolucionando en el Renacimiento, aunque a menudo se mantuvo la cruz-estandarte en la mano de Cristo, que representa la victoria sobre la muerte.
Sin embargo, debe distinguirse del asta representada en la mano de San Juan el Bautista, que es una caña.
Esto se siguió generalmente, al menos hasta el siglo XIX.