Rebelión guajira de 1769
[5] Según afirmaba el virrey Pedro Mesía de la Cerda movilizaron en 1769 hasta veinte mil guerreros.Dos años después las autoridades grancolombianas estimaban que todas las parcialidades sumaban dieciocho a veinte mil guerreros.[4] La presencia del Estado español era esencialmente débil en la costa caribeña de la Nueva Granada.[6][16] El terreno montañoso del sur de la península les permitía detectar, eludir y atacar a los españoles.Criollos e indios siguieron viviendo apartados salvo cuando se reunían para comerciar o para celebraciones religiosas.[19] Debe mencionarse que los españoles al fundar las ciudades de Santa Marta (1525), Valledupar (1530), Riohacha (1539) y Maracaibo (1569) les arrebataron a los guajiros las zonas más aptas para la agricultura o la caza en la Baja Guajira, pero esto se compensó con la introducción del ganado europeo, sin embargo, los indios también fueron forzados a usar la Alta Guajira, con sus escasas fuentes de agua, todo el año para pastar y no de forma estacional como en un principio.[20] El contrabando había comenzado en el siglo XVI y siempre involucró a las autoridades españolas, quienes recibían una comisión.Los holandeses buscaban obtener ganados, cueros, esclavos, palo brasil, etc., mientras que los ingleses preferían de vender armas a los guajiros y entrenarlos en su uso.[5] En 1701 los capuchinos valencianos son expulsados por los indios, regresando en 1719 pero deben retirarse a la Sierra en 1726 para volver de forma definitiva una década más tarde.[5] Hasta 1735 se fundaron las reducciones de Boronata, La Cruz, Orino, El Rincón, Parauje, Cercadillo, Calabazo, Chimare, Macuira, Ypapa (Bahía Honda) y San Pedro Nolasco del Salado.Pero los soldados no se internaron en territorio hostil, sino que fueron contra los entonces pacíficos guajiros.Los indios capturaron numerosas cabezas de ganado y prisioneros que llevaron a la Alta Guajira.[26] Los indios solo atacaban así cuando tenían superioridad numérica[19] y la mayoría de las fuentes indican que no hubo reuniones previas entre los caciques para coordinar sus movimientos.El gobernador envió peticiones de auxilio a Cartagena, Santa Marta, Maracaibo y Valledupar.El cabo Sierra era mestizo y sus parientes guajiros decidieron vengarlo siguiendo las leyes de su pueblo liderados por un tal Blancote.[19] El historiador Eduardo Barrera Monroy organiza de esta manera a los actores del conflicto.Primero están los wayúu, divididos en una mayoría de insurrectos y un pequeño sector favorable a las autoridades españoles.Se concentran en Riohacha 700 soldados y 340 milicianos mandados por el coronel José Benito Encio.Los riohacheros no eran favorables a la campaña, se defenderían de los ataques indígenas pero sabían que su conquista significaría el final del lucrativo contrabando.[26] Sabiendo que la península seguía siendo un punto vulnerable en la defensa del litoral, el virrey Manuel Guirior insistió en los planes de pacificar la zona.[46] Inicialmente, los indios no se opusieron mucho a la fundación pero si lo hicieron cuando los europeos trataron de establecerse en Chimare y Macuira, al oriente de la nueva villa y zonas fértiles densamente pobladas por guajiros.[52] Esta colonización provocó la obvia resistencia indígena, pero en este sector las etnias no eran solamente guajiros sino que también cocinas, paraujanos, garabuyas, antañocos, yercuas y caracas que vivían en rancheríos alrededor de las muchas pequeñas lagunas de la zona.[62] Con esto, Bahía Honda quedaba aislada pues no había ninguna otra colonia hasta Riohacha excepto Pedraza, pero esa estaba mucho más cerca de la capital provincial.[65] Los capuchinos, aterrados, abandonaron sus misiones para refugiarse en Santa Marta, Maracaibo y Valledupar, provocando desencuentros con el brigadier.[62] Poco después, se ordenaba a los frailes que no habían abandonado sus reducciones salir por su seguridad, acabando las misiones en la zona.Su plan era defender Riohacha, Bahía Honda, Pedraza y Sinamaica para luego pasar a la ofensiva.[74][75] Por eso, el contrabando había crecido tanto que hacia 1800 los hacendados de Valledupar llevaban sus ganados para venderlos.Pero esas políticas proteccionistas iban acompañadas de otras liberales que llamaban a prácticamente acabar con esos resguardos.[80] La península se convirtió en «una especial zona de refugio para los Wayúu» que mantuvieron su identidad étnica.