El regionalismo manchego o mancheguismo nació en La Mancha como una corriente política monárquica dentro de España en el siglo XIX.
El primer intento de constituir una realidad jurídica propia y diferenciada está relacionada con el minoritario movimiento federalista.
Para ello, el Centro emprendió una campaña por diversas poblaciones de las cuatro provincias intentando conseguir adhesiones a la idea.
Durante la dictadura franquista existieron organismos que incluían a las provincias manchegas, como el Consejo Económico Sindical Interprovincial de La Mancha (1962).
Durante la transición española hubo diferentes asociaciones mancheguistas, como el ya mencionado Movimiento Popular Manchego, que en su afán de intentar que las provincias de Cuenca, Ciudad Real y Albacete formaran una autonomía manchega mantuvieron contactos con otras agrupaciones regionalistas como Comunidad Castellana.