La mayor parte de su población habita en un espacio geográfico conocido como Kurdistán, que incluye territorios contiguos a Irán, Irak, Siria y Turquía.
A principios del siglo XX, las minorías cristianas del Imperio Otomano sufrieron genocidio (especialmente durante la Primera Guerra Mundial y la Guerra de Independencia turca), y al mismo tiempo muchos kurdos, cuyas tribus se oponían a los turcos, sufrieron desplazamientos forzosos.
La mayoría encontró refugio en Irán; sin embargo, otros tuvieron que dispersarse por Europa y América.
[6] Después de la sublevación del pueblo iraquí contra Sadam Husein en 1991, numerosos kurdos se vieron obligados a huir del país en busca de refugio en las regiones fronterizas con Irán y Turquía.
Los enfrentamientos a gran escala entre los militares iraníes y el PJAK (Partido por la Vida Libre en Kurdistán) supusieron también el desplazamiento de civiles kurdos.
Más de 50 integrantes del PJAK y 8 miembros de la Guardia Revolucionaria resultaron asesinados y, según fuentes iraníes, hubo al menos 100 miembros del PJAK heridos, así como 800 personas desplazadas por los combates.
Asimismo, en las proximidades, se imparte instrucción militar con el objeto de garantizar la protección territorios kurdos en Siria.
[13][14][15] Respecto a los refugiados iraquíes que habitan en el territorio alemán, el 50 % son kurdos.
Los primeros en emigrar fueron kurdoturcos, que se establecieron en Alemania, Austria, los países del Benelux, Gran Bretaña, Suiza y Francia durante la década de 1960.
[28][29][30][31][32] Prácticamente todos los judíos kurdos procedentes del norte de Irak, que se estima que eran alrededor de 30 000 en el año 1950, fueron trasladados a Israel durante la operación Esdras y Nehemías.
Se alojó a la mayor parte de los judíos kurdos recién llegados en campamentos de transición israelíes, conocidos como Maabarot, y se incorporaron más tarde a desarrollos urbanos, conocidos como ayarat pitu'ah (en hebreo: עיירת פיתוח).