Ocurrió mediante distintos dispositivos normativos estatales sucesivos y su elemento principal fue la definición (o redefinición) de alfabetos oficiales.
[2] Hasta hoy persisten personas, grupos e instituciones que se mantienen en desacuerdo con uno o varios aspectos de esta reforma.
Como el español no tiene [q] uvular, a veces se usaba una doble c ("cc") para representar los sonidos quechuas parecidos a /k/ que difieren del sonido [k] simple del español, por ejemplo, en nombres de lugares como Ccarhuacc, Chopcca, Cconocc, Llacce, Manyacc, Chihuilluyocc, Chilcahuaycco, etc.
Pero también a veces se perdía la distinción entre estos sonidos, razón por la cual las fuentes quechuas o aimaras deben ser consultadas para seleccionar la consonante correcta.
[4] Para el quichua ecuatoriano y los quechuas norperuanos (por ejemplo, cajamarquino, Incahuasi-Cañaris, lamista), se unificaron bajo una sola grafía los alófonos de cada fonema oclusivo o africado.
En Bolivia y en el sur de Perú, incluido Cusco, existen tres versiones de todas las consonantes oclusivas: los sonidos no aspirados básicos (p, t, ch, k, q), una consonante aspirada con una "h" (ph, th, chh, kh, qh), y finalmente una serie eyectiva etiquetada con un apóstrofo (p', t', ch', k', q').