[1] En 1949, fue abordada por un trabajador de la cinematográfica Filmex, quien le ofreció aparecer como extra en la película, Doña Diabla (1950).
Sus primeras grandes oportunidades le llegaron en el año 1951 cuando protagoniza Pecado, al lado de Rodolfo Acosta y tiene una participación en una de las mejores cintas de Germán Valdés Tin Tan: El revoltoso, en la que logra una excelente mancuerna al lado del genial cómico, tanto que el siguiente proyecto que harían juntos sería en plan estelar con ¡Ay amor… cómo me has puesto!, que originalmente sería ¡Ay amor… cómo me has ponido!, pero la censura presionó para que no se titulara así.
Sus siguientes proyectos permitieron a Rebeca trabajar con los grandes de la época como Leticia Palma, Carmen Montejo, Andrea Palma y Ramón Gay, en la multiestelar Mujeres sin mañana (1951), con Jorge Negrete, Andrés Soler y Pedro Armendáriz en Los tres alegres compadres (1952), con Pedro Armendáriz en La noche avanza (1952) de Roberto Gavaldón, considerada entre las 100 mejores películas en la historia del cine mexicano, con David Silva y Luis Aguilar en Póker de ases (1952), con Irasema Dilián en Las infieles (1953) y con Cantinflas en El señor fotógrafo (1953).
Paralelamente a su carrera en el cine, en donde incluso llegó a filmar en producciones de Hollywood con pequeños papeles, Rebeca se dedica al teatro y proyectos en televisión, inclusive escribe el guion de la película Raíces en el infierno (1965).
Los últimos 6 años de su vida los pasó recluida en la casa del actor de la ANDA, donde participa activamente en las labores y mejoras del lugar; hacía exposiciones de sus pinturas para venderlas y así ayudar a sus compañeros retirados.