Ahí estudió el bachillerato en un colegio de frailes agustinos del cual fue expulsado por rebelde.
A su retorno, Ramón Rubín es expulsado del Partido Comunista Mexicano por su ideología con tendencias trotskistas.
Crece en Mazatlán, donde gana un concurso literario local; a raíz de esto, es buscado por otros jóvenes mazatlecos que escriben y pintan.
Después de cinco publicaciones, el director lo invita a ser colaborador permanente.
Buscó especialmente aquellos trabajos que le permitieran viajar en territorio nacional y aun otros países.
Su paso por la Universidad de Guadalajara como catedrático fue breve (seis meses), pero entabla amistad con intelectuales como Adalberto Navarro Sánchez y Wolfgang Vogt.
Así en 1973, decidió irse a vivir a Autlán por su amor a la piscicultura: “Estudié la posibilidad de criar allí un carnívoro, que podía ser trucha o lobina, asistido por la tilapia herbívora como forrajero y en el fondo rocoso del arroyo chacales o langostinos de río; y me pareció viable.” En 1981, ya instalado en Autlán, comenzó a trabajar en la creación del Grupo Cultura Autlense con el fin de reactivar la vida cultural de la comunidad con él como presidente honorario.
En Autlán escribió el resto de sus novelas, así como publicaciones periódicas dentro del suplemento cultural del periódico El Informador en los cuales se tratan temas diversos, tanto de interés personal, como cultural.
En 1960 Ramón Rubín escribe una monografía novelada titulada Lago Cajititlán, inspirado por su lucha contra el lirio que lo invadía.