En 1916 fue secuestrado por fuerzas de José Inés García Chávez, con quienes combatió hasta 1917, cuando emigró a los Estados Unidos.
En 1923 rompió con Tapia para unirse a la Rebelión delahuertista bajo las órdenes de Ricardo Luna Morales.
En septiembre de 1933, Aguilar comenzó a desesperarse por la impotencia de su ejército y manifestó a la liga que se estaban "quedando solos", por lo cual era urgente firmar un pacto con Antonio I. Villarreal, que en su opinión podría redituar en mayores recursos bélicos.
[13] Es probable que sus ideas más cercanas al delahuertismo, y las dificultades que enfrentó para reinsertarse a la vida pacífica tras el fin de la Cristiada, hayan sido las principales razones de unirse a la Segunda Guerra Cristera.
[14][2][5] Debido a su carácter agrarista fue partícipe de diversos corridos durante la cristiada.