Río Igurey

Para estos últimos se trataba del mucho menos prolongado y mucho menos caudaloso río que los hispano-paraguayos denominan Carapá o Karapá, ubicado inmediatamente al sur de los saltos del Guairá y cuya desembocadura en el río Paraná se halla a 24°26′28″S 54°18′29″O / -24.44111, -54.30806.

Se convino en dejar bajo la jurisdicción portuguesa el recorrido que los bandeirantes de São Paulo realizaban desde esa ciudad a Cuiabá en el Mato Grosso.

Pasadas las cordilleras de Maracajú y Amambay el límite debía seguir por un afluente desconocido del río Paraguay, más próximo a las fuentes del Igurey, el cual los portugueses pretendían fuese el Corrientes o río Apa, pero que se ignoraba si lo era.

En vista de ello, el virrey lo propuso a Madrid y ambas coronas aceptaron la propuesta.

Azara estuvo de acuerdo con los portugueses en considerar que la real instrucción era condicional y se propuso hallar al Igurey.

Azara adujo que la real instrucción de 1778 asumía que el Igurey se hallaba al norte del salto del Guairá y por lo tanto no podría ser el Garey, ubicado al sur.

Además, su contracorriente más próxima que desaguaba en el Paraguay era el río Jejuí Guazú, lo que dejaba en poder portugués los extensos yerbales en donde se hallaban San Pedro del Ycuamandiyú, Concepción, Belén y Tacuatí.

Brasil impuso al Paraguay un tratado de límites, imponiendo sus opiniones en relación con el Igurey (Carapá) y Corrientes (Apa).