Punáes

Durante la Real Audiencia de Quito sus caciques destacaron como importantes encomenderos y hábiles guerreros contra los ataques piratas al golfo.

Tuvieron que vivir la conquista del incario liderada por Huayna-Cápac quien tenía el propósito de controlar el golfo.

[1]​Posteriormente buscaría Atahualpa pelear con Tomalá, y se sabe que el Inca salió herido de esta batalla.

En esta ocasión Francisco Tomalá no tenía intenciones pacíficas y buscó enfrentar a los conquistadores.

Pizarro para crear caos liberó a los prisioneros de Tumbes que se encontraban en la isla.

Ante la falta de población asentada en un centro alrededor se convirtieron en una referencia fluvial y marítima a nivel regional.

Navegaron a Mesoamérica, por lo que probablemente pasaron por las islas Galápagos, fueron grandes comerciantes y también guerreros.

[4]​ Se desconoce los detalles de su cultura porque los restos arqueológicos no son tan abundantes como en otros señoríos étnicos.

Los Punáes creían en el Dios Tumbal, que era una deidad guerrera a quien se ofrecían sacrificios en un gran monolito con forma de lagarto.

A esto se le suele llamar el aliento del Dios Tumbal y era importante para los punaes al ser una cultura navegante.

Llegaron incluso a construir un pequeño astillero compartido en ganancias para la Corona representada por el cabildo y la familia directamente, en mitades.

Representación de un sacrificio a Tumbal
Escudo Cacique Tomalá de la Isla Puná 23.XII.1560