Es posible que en esas fechas la puerta fuese una especie de verja, y su paso estaba cerrado al público.
Se le encarga entonces una reforma al arquitecto Manuel Álvarez Naya, que proyecta la nueva puerta.
Con anterioridad a esta fecha, en el año 1750, el ingeniero militar Francisco Nangle había propuesto un proyecto de puerta que facilitase el acceso al recinto por la margen derecha del río.
Ambos proyectos, el túnel y la puerta fueron encargados por José Bonaparte al arquitecto Juan de Villanueva en 1810.
[4] En 1815 el arquitecto Isidro González Velázquez diseña el puente del rey con un paso muy estrecho para que pueda cruzar apenas unos carruajes.
[4] Las obras alcanzan igualmente al puente que se amplia cinco veces de anchura.
Este suceso hace que la puerta queda dañada debido a estar inmersa en el frente de batalla.
El río se encauza con una nueva canalización de piedra que suprime la isla existente aguas arriba.
La puerta desembocaba en las lindes de la M-30 y esto suponía que su anterior protagonismo quedase relegado a un segundo plano.