El puente de las Infantas es un paso sobre el barranco del Alamín, en Guadalajara (España).
Así aparece representado en los dibujos y fotografías más antiguas, a excepción del realizado en 1565 por Anton Van den Wyngaerde, en el que se reproduce el puente de las Infantas con, al menos, dos arcos para salvar la depresión, lo que incita a suponer, bien que el dibujante flamenco se tomara alguna licencia a la hora de representar el puente, bien que fuerse protagonista de actuaciones reparadoras o sustituidoras de importancia en fechas subsiguientes.
Aún son más numerosas las referencias de actuaciones reparadoras que durante el siglo XIX acometió el Ayuntamiento para mantener la integridad de este puente.
Esta fábrica está constituida por hiladas horizontales de mampostería ordinaria hasta alcanzar la rasante de la calle, punto en el que se interrumpe para adaptarse a la pendiente de la vía, acortándose las hiladas progresivamente en dirección al torreón.
Como particularidad, en su frente meridional y sobre la clave del arco, muestra un recuadro formado por sillares rectangulares en cuyo interior se exhibe una losa de alabastro muy deteriorada.