El puente constaba de siete arcos, tenía un perfil curvo y su calzada era estrecha.
Al menos desde 1463 poseía una torre para el cobro del pontazgo y como elemento defensivo.
Las obras comenzaron aquel mismo año, un poco más arriba de la ubicación del antiguo puente, y terminaron en un tiempo récord, en 1777 el puente ya estaba listo aunque no fue oficialmente inaugurado hasta 1780.
Cuenta con tajamares semicirculares y apuntados para disminuir el impacto de las aguas.
Hasta 1953, el puente soportaba el intenso tráfico de la carretera Nacional I.
La última reforma llevada a cabo entre 2005 y 2006 fue especialmente polémica por la incorporación de unas nuevas barandillas de acero corten junto con unos faldones del mismo material.