Su origen se remonta a la Edad Media y es la romería más antigua e importante del norte español.
En esta zona existen numerosas casetas que dan cobijo a las cuadrillas el lunes de San Juan del Monte, así como diferente equipamiento público como aparcamientos, fuentes de agua potable, aseos, juegos infantiles, etc.
Para ganarse el pan de cada día bajaban a los pueblos cercanos para pedir limosna, provocando en muchas ocasiones reyertas con los vecinos.
Una vez al año debían hacer señales de humo para constatar que seguían vivos.
Fue donada a la Cofradía y tradicionalmente ha venido abriendo el Desfile del Blusa que se celebra el domingo de fiestas.
Por último, creó otra similar, alojada en hornacina y policromada, en este caso para su propio domicilio.
La ubicación del primitivo templo quedó en el olvido y en época reciente se discuten las distintas posibilidades sobre su localización.
Durante el siglo XIX, apenas se tiene documentación sobre la romería, aunque hubo un cierto resurgimiento a mediados de dicha centuria.
En 1963 un acontecimiento hizo que las fiestas se ganasen la admiración y respeto del clero, reticente hasta entonces de estos festejos.
Desde entonces existe una cuadrilla sanjuanera en la capital que viaja todos los años a Miranda para disfrutar de la romería.
Ya el sábado por la mañana tiene lugar el homenaje a los cofrades fallecidos en los dos cementerios de la ciudad, con una posterior misa.
Es un recital musical en el que compiten ochotes locales, que pueden ser masculinos, femeninos o mixtos, formados por miembros de una cuadrilla sanjuanera o bien de miembros agrupados en un ochote reunido para esta función.
En esta jornada es cuando realmente comienza el más puro ambiente festivo en toda su intensidad, inundando los rincones de la ciudad.
Posteriormente éstos, en sus diferentes cuadrillas, desfilan hasta el parque Antonio Cabezón, donde les esperan juegos infantiles.
Muchas son las cuadrillas que comienzan con la fiesta durante la mañana y la comida del sábado, pero el momento culminante llega en horario vespertino.
Durante la mañana las cuadrillas inundan las calles, disfrutando del llamado marianito sanjuanero y posteriormente comen en restaurantes o carpas habilitadas en la ciudad.
Al caer la tarde, un cohete anuncia a los sanjuaneros el inicio del regreso hacia Miranda, la llamada Bajada de los Romeros, en la que se dan cita cerca de 25.000 personas y que bajan desfilando hasta la llegar la ciudad.
Las actividades se desarrollan de nuevo en el monte, pero con un carácter mucho más tranquilo y no tan multitudinario.
Esta entidad surgió entre 1917 y 1918, sin conocer su fecha fundacional exacta, pero se ha tomado la primera de cara a celebrar los actos del primer centenario.
[4] Nació como sociedad cívico-religiosa orientada en un primer momento al resurgimiento de la fiesta a principios del siglo XX.
Durante los años ha evolucionado, pero tiene entre sus objetivos organizar y promover las propias Fiestas de San Juan del Monte, así como el mantenimiento y conservación del espacio destinado a las cuadrillas en el Monte de San Juan.
En torno al año 2011 contaba con alrededor de 11 000 cofrades o socios, que pagan una cuota anual.
La Cofradía está dirigida por un Presidente, elegido por los socios en un proceso electoral y tiene un mandato de cuatro años.
El Sanjuanero Mayor y la Sanjuanera Mayor son los representantes y la imagen de las fiestas que anualmente elige un jurado, establecido por la Cofradía, de entre los jóvenes que se presenten libremente al cargo.
A su vez, existe una Comisión de Cuadrillas que mantiene las relaciones entre esta y la institución cofrade.
En el año 2008 existían 70 cuadrillas diferentes registradas en la Cofradía de San Juan del Monte.
Desde entonces, se ha promovido la igualdad entre sexos y edades, al crearse peñas mixtas e ir eliminando la condición de socio sólo para los varones.
Por esa razón, hoy en día las cuadrillas en su práctica totalidad están formadas por hombres y mujeres sin distinción alguna.
En los años 1980 se llevaron a cabo varias representaciones organizadas y realizadas por mirandeses, consiguiendo un logro similar.
[7] Existen dos documentales producidos sobre la festividad: "Juan Delmonte, el Tiranubes" (2008), realizado por Raquel Saénz de Buruaga en colaboración con la cofradía; y 'San Juan del Monte, una fiesta devota y de bota' (2008), del realizador Daniel Alonso.