De los pueblos arcaicos del área surgieron dos tribus principales: los calusa y los tequesta.Aunque vivían en sociedades complejas, en la actualidad no quedan muchos indicios de su presencia.Los primeros habitantes humanos de Florida llegaron hace 14 000 o 15 000 años; en aquella época la zona tenía un clima y un aspecto totalmente diferentes a los actuales.[3][4] La costa occidental se encontraba a unos 160 km al oeste de su ubicación actual.[8] Durante el máximo del Holoceno, hace unos 6500 años, el clima de Florida cambió otra vez y se volvió mucho más húmedo.En esta época los paleoindios pasaban más tiempo en sus campamentos y se desplazaban menos a menudo entre fuentes de agua.[10] Durante el Arcaico Tardío, el clima nuevamente se volvió más húmedo y sobre el año 3000 a. C. la población aumentó gracias a la subida de las capas freáticas; al mismo tiempo se dio un desarrollo cultural y surgieron tres culturas similares pero distintas: okeechobee, caloosahatchee y glades, llamadas así por las masas de agua en cuyas cercanías se ubicaban.Durante diecisiete años vivió con los calusa, hasta que el explorador Pedro Menéndez de Avilés lo encontró en 1566 y lo llevó a España.Menéndez se casó con su hermana con el fin de facilitar las relaciones entre los españoles y los calusa,[18] siguiendo una costumbre común en las sociedades de Florida del Sur para solucionar disputas o establecer acuerdos entre ciudades rivales.[25] Al no poder darle uso a la piedra caliza del área por su blandura, confeccionaban la mayor parte de sus herramientas con hueso o dientes, aunque también empleaban cañas afiladas.Las tribus del sur de Florida atravesaban frecuentemente los Everglades en canoa pero raramente vivían en su interior.La sociedad era jerárquica; además del cacique, los sacerdotes y guerreros ocupaban los estratos sociales superiores.Fontaneda escribió: «Estos indios no tienen oro, ni plata y menos ropa.Van desnudos excepto por taparrabos tejidos de palmas, con los cuales los hombres se cubren; las mujeres hacen algo parecido con cierta hierba que crece en árboles.[33] Los tequesta eran otros pobladores de Florida del Sur, menos poderosos y numerosos que los calusa.Según los religiosos españoles, los tequesta habían sacrificado a niños para celebrar un acuerdo de paz con otra tribu.[39] El arqueólogo John Goggin pensaba que cuando los euroamericanos se establecieron en el área en 1820, los tequesta que aún pudieran encontrarse allí se incorporaron a la población de semínolas;[35] estos eran los únicos nativos americanos de Florida identificados por entonces.El primer uso conocido del término «seminolie» (semínola en español) es de un agente indio británico en un documento fechado en 1771.A principios del siglo XIX, un agente estadounidense nativo explicó que la palabra «semínola» significa 'fugitivo' o 'roto', aplicable a todos los indios de Florida por haber huido todos de la nación creek.[42] Lingüísticamente, la palabra es una corrupción del vocablo español «cimarrón», que compara su historia migratoria a los caballos asilvestrados.Algunos esclavos africanos que lograban escapar de Carolina del Sur y Georgia huían a Florida, atraídos por las promesas españolas de liberarles si se convertían al catolicismo, y se incorporaban a la tribu.[46] En 1817, Andrew Jackson invadió Florida para anexionarla a los Estados Unidos lo que desembocó en la primera guerra semínola.[47] Los pueblos no eran grandes, debido a la reducida superficie de las hamacas, que ocupaban entre 0,5 y 40 hectáreas.En el centro del pueblo se levantaba una casa para cocinar, y la estructura más grande servía como comedor.[49] En 1848, Thomas Buckingham Smith contactó con los oficiales que habían hecho los mapas para consultarlos sobre la viabilidad de drenar la región para el uso agrícola.Las medidas para controlar las inundaciones y los proyectos de drenaje del área que comenzaron a principios del siglo XX abrieron mucha tierra para el desarrollo y alteraron significativamente el ambiente natural, inundando algunas áreas mientras dejaban secar antiguos pantanos para haverlos cultivables.En 2008, se contaban seis reservas de micosukis y semínolas en Florida con casinos que mantienen a la tribu.