Rechazan el contacto con instituciones estatales, empresas extractivas que explotan recursos naturales, colonos y representantes de grupos religiosos o misioneros que operan en la proximidad de sus territorios ancestrales.[1] Se registra presencia de estos pueblos en tres continentes: Asia, Oceanía y América del Sur; según la ONG Survival International, existen al menos cien pueblos no contactados en el mundo.[2] Son pueblos extremadamente vulnerables que no han desarrollado inmunidad frente a enfermedades transmitidas por los foráneos, como el sarampión y la varicela, a las cuales gran parte de la sociedad externa ha estado expuesta desde hace siglos.Los «cinta ancha», autóctonos de la Amazonia brasileña, han sufrido acontecimientos entre los años 1920 y 1960, como la «masacre del paralelo 11» que tuvo lugar en el año 1963 en las fuentes del río Aripuanã, donde operaba la compañía Arruda, Junqueira & Co.La masacre fue organizada por el responsable de la compañía, Antonio Mascarenhas Junqueira, para evitar que los nativos interfirieran en sus actividades comerciales.Se cree que otros tres grupos no contactados deben existir.Los grupos cuya presencia ha sido confirmada son los ayoreos del parque nacional Kaa Iya del Gran Chaco, los yuquis en la reserva Yuqui y río Usurinta (la mayor parte de los yuquis ahora están en contacto, y solo unas pocas familias siguen siendo no contactados), los yuracarés en Santa Cruz y Beni, los pacahuaras en la reserva Chacobo, un grupo de araonas en la reserva Araona y los toromonas del parque nacional Madidi.La presencia de otros grupos, como los nahuas, aún no se ha confirmado.Survival International estima que existen unos quince pueblos indígenas en aislamiento en Perú.Como medida frente a la vulnerabilidad, el Estado peruano estableció en 1990 la Reserva Territorial Kugapakori Nahua Nanti, en las provincias de Atalaya (Ucayali) y La Convención (Cusco).Según un intérprete yaminahua, han sido atacados por madereros y narcotraficantes que operan en su territorio.Se estima que unas seiscientas personas, pertenecientes a al menos cuatro grupos diferentes, viven en lo profundo de su selva.[14] En el estado de Roraima, región del Alto Rio Apiaú, cuenca del Mucajaí, viven los Moxihatëtëma, una comunidad Yanomami en aislamiento voluntario, cuyas viviendas y cultivos han sido comprobados y filmados desde aeronaves.[15][16] En la Amazonia colombiana viven también algunos pueblos y comunidades indígenas que, tras la llamada fiebre del caucho, decidieron renunciar al contacto.Se cree que sobreviven 44 pueblos indígenas no contactados,[25] que se encuentran a lo largo de las siguientes regiones: Gusawi, Lengguru, Derewo, Teriku, Foja, Manu, Waruta y Brazza-Digul.Son nómadas y viven en grupos de cuarenta a cincuenta personas.Los foráneos cazan ilegalmente los animales de los que los Jarawa dependen para sobrevivir, y además traen consigo enfermedades ante las cuales no tienen inmunidad.En los días siguientes al tsunami de 2004 un helicóptero sobrevoló a baja altitud su isla pudo comprobar que los sentineleses habían sabido resguardarse y habían sobrevivido y solamente apuntaron con sus lanzas al piloto, un gesto que significaba «no los queremos aquí».
Mapa del 2015 indicando (en negro) las zonas del mundo con presencia de pueblos aislados.
Un pueblo aislado en el estado
brasileño
de
Acre
, localizado en 2009.
Un cartel en el
río Alto Madre de Dios
en el Perú que indica, «Prohibido el ingreso. Zona de tránsito restringido debido a presencia de indígenas en aislamiento».
Miembros de una tribu no contactada encontrada en el estado
brasileño
de
Acre
en 2009.
Miembros de un pueblo indígena aislado en Acre en 2009.