La Puebla Vieja de Laredo (Cantabria) es la denominación que recibe el conjunto arquitectónico del casco antiguo laredano, integrado por las seis rúas originales y el Arrabal.
El casco medieval se articuló mediante seis calles trazadas ortogonalmente: tres en sentido sur-norte (las actuales Ruamayor, San Marcial y Santa María), ascendiendo la ladera de la Atalaya, y otras tres que las cortan perpendicularmente de oeste a este (San Martín, Rua del Medio y Ruayusera).
El resultado fue una estructura poco habitual de cuatro naves y otra más dividida en capillas.
El tercer tramo del templo, por su parte, es de igual altura en todas las naves, creando un efecto estético que recuerda a un crucero.
Configuraba una red urbana sin espacios públicos, en la que los mercados se celebraban junto a la iglesia: el mercado, cada domingo, fue trasladado posteriormente a una explanada al final de la Rúa Santa María, extra muros; la feria anual se celebraba el día de San Lorenzo.
Al pie del casco urbano se levantaba el puerto, construido en el siglo XIII, constituido por dos grandes muros paralelos que protegían una amplia dársena; estaban fortificados con murallas almenadas y protegidos por una torre, denominada de la Taleta).
En la segunda mitad del siglo XIX, inhabilitado por los depósitos arenosos que restringían su calado, fue sepultado bajo la expansión urbana que Laredo experimentó al calor del desarrollo de su industria conservera.
Esta renovación comienza en 1864, con la apertura de la nueva carretera hacia Bilbao, actual Calle Emperador, al este de la Puebla Vieja, consolidándose como nuevo acceso a la villa siguiendo el curso del río Bario (encauzado y cubierto), incorporando al casco urbano la zona de El Tinaco, tradicionalmente agrícola.
Compatibilizó funciones residenciales e industriales, y albergó también desde 1898 la cárcel del Partido Judicial de Laredo.
Destacada fue, en ese sentido, la jornada organizada en diciembre de 2010 para conmemorar el 40 aniversario de la declaración oficial de la Puebla Vieja como Conjunto Monumental Histórico Artístico; iniciativa que se denominó Abrazo a la Puebla Vieja (el acto central fue una cadena humana que rodeó el perímetro del casco antiguo) y que ha venido repitiéndose cada año desde entonces [1].