La represión afectó principalmente al anarquismo obrero de Cataluña, siendo detenidas 400 personas.Entre los detenidos se encontraban personas de reconocido prestigio como Anselmo Lorenzo, el periodista Juan Montseny Carret o el abogado y escritor Pere Corominas.[1] (Otras personas destacadas detenidas fueron Fernando Tarrida del Mármol, Sebastià Sunyé, Joan Baptista Esteve y Josep Llunas i Pujals).[3] Las diligencias judiciales fueron realizadas sin garantías jurídicas y las pruebas se basaron en declaraciones de los principales implicados, en especial Tomás Ascheri, obtenidas mediante torturas ordenadas por el teniente de la Guardia Civil Narciso Portas contra el mismo Ascheri, Francesc Callís, Antoni Nogués, Josep Molas, Lluís Mas, Sebastià Sunyé, Joan Baptista Ollé, Francesc Gana y el francés Joseph Thiolouse.Posteriormente, se inició una intensa campaña por la revisión del juicio, especialmente en 1898 desde El Progreso, La Revista Blanca y Vida Nueva, auspiciada sobre todo por Juan Montseny Carret, Alejandro Lerroux y Pedro Corominas desde Madrid.
Cadáveres de dos de las víctimas mortales del atentado
Retratos de algunos de los acusados en el proceso (
La Campana de Gracia
, 1896). Los dos primeros, Anton Nogués y José Molas, fueron fusilados en mayo de 1897. Baldomero Oller y Sebastià Sunyer fueron condenados a veinte años de prisión y Mateu Ripoll a diez.