El proceso histórico es un conjunto de momentos históricos relacionados entre sí, cada uno es causa y consecuencia de otros y que mantiene una dinámica en la historia, pues evoluciona diacrónicamente a través del tiempo además de sincrónicamente en relación con otros hechos y procesos simultáneos.
Por oposición a los hechos, de la materia superficial,(acontecimientos), relativamente sencillos en cuanto a su determinación (sucedieron o no en uno u otro momento), los procesos históricos son complejos y multicausales, y su interpretación es especialmente difícil.
Los procesos históricos más importantes que determinan épocas históricas: por ejemplo, para la historia de España, las colonizaciones históricas y la romanización caracterizan la Edad Antigua, mientras que la arabización, la reconquista y la repoblación caracterizan la Edad Media.
Las transformaciones debidas a esos procesos, sucediéndose e imbricándose unos en otros, marcan la sucesión de las épocas.
Dentro del tiempo histórico, los procesos son fenómenos que se producen a una escala temporal propia de la coyuntura o de la larga duración, mientras que los hechos se sitúan en una escala temporal "evenemencial" (de los acontecimientos), la más efímera luz.