El monarca pasó dos días alojado en la residencia de Espartero y apenas tuvo más contacto con la población que asistir a dos actos protocolarios.
[1] Posteriormente, en 1875, Espartero recibió también en su domicilio de Logroño al restaurado rey Alfonso XII.
Durante esa visita, Espartero impuso al rey la Gran Cruz Laureada de San Fernando que el general había ganado en 1835.
Firmó Maroto dicho convenio sin el apoyo del pretendiente Carlos María Isidro de Borbón.
[10] Tras su fallecimiento, su hijo Pablo Montesino-Espartero y Juliá solicitó en 1973 la sustitución a su favor en dicho expediente de rehabilitación.