Primer motor inmóvil

El primer motor inmóvil (en griego: ὃ οὐ κινούμενος κινεῖ, «ho ou kinoúmenos kineî», «Lo que mueve sin ser movido») o motor primario (en latín: primum movens) es un concepto metafísico descrito por Aristóteles como la primera causa de todo el movimiento en el universo, y que por lo tanto no es movido por nada.Ya en el VIII libro de la Física, Aristóteles habla de un ser como acto puro inmaterial que no padece ningún cambio y que es el principio físico del mundo.Él mueve directamente a los astros del primer cielo, estos tratan de imitarlo dando vueltas en círculo.El círculo responde al acto más perfecto según la ideología griega, pues no tiene comienzo ni fin, es continuo.Su influencia sobre los seres inferiores es puramente el resultado de una «aspiración o deseo», y por esto dice que cada esfera celestial emula al motor inmóvil, lo mejor que puede, con su movimiento circular uniforme.[5]​ El «Dios» aristotélico no es creador del mundo, solo es la causa final de todo cambio y movimiento eterno del universo, reduciendo la multiplicidad diversa de los fenómenos a una unidad inteligible.Sin embargo, fue esta vida la que Aristóteles apoyó con entusiasmo como envidiable y perfecta.Aristóteles no parece tener una concepción de un dios monoteísta, sino politeísta.Cada esfera está habitada por un ser inmaterial al que Aristóteles llamó «inteligencia».[12]​ Existen, sin embargo, algunos intérpretes que han visto incluso en el primer motor inmóvil (Dios) una causa eficiente, como Tomás de Aquino,[13]​ Franz Brentano y Enrico Berti.
El Primer motor por Rafael Sanzio .
Aristóteles creía que había una primera causa, y que todo lo demás era una imitación de esta.
Tomás de Aquino intentó relacionar el motor inmóvil con el Dios cristiano .