Puso especial énfasis en la distinción entre los diversos sentidos de una misma palabra.
En los Diálogos platónicos Sócrates aparece varias veces como compañero de Pródico, a cuyas lecciones habría asistido con frecuencia.
Tanto él como Diágoras de Melos y algunos otros fueron considerados ateos.
La primera ofrece una vida austera, esforzada y sencilla.
La segunda una agradable existencia dedicada al ocio y los placeres.