Prácticas sexuales taoístas

Durante la dinastía Han algunas sectas taoístas mantenían relaciones sexuales como ejercicios espirituales, llamados "héqì" (合气, "unión de energía").

Después del año 1000, el puritanismo confuciano empezó a hacerse cada vez más fuerte, de manera que al iniciarse la dinastía Qing el sexo era ya un tema tabú en la vida pública.

La doctrina confuciana alegaba que la separación de los sexos en las actividades sociales existía desde hacía dos mil años, y desterró las artes sexuales.

[2]​ Según la medicina tradicional china, el "qi" está relacionado con otra sustancia energética contenida en el cuerpo humano conocida como "jing (精)" (esencia vital), y una vez que esta se ha gastado toda el cuerpo muere.

Por eso los taoístas utilizaban prácticas con las que estimular, incrementar y conservar todo lo posible sus fluidos corporales.

Los textos taoístas describen un gran número de posiciones sexuales especiales que servirían para curar o prevenir enfermedades.

[12]​ La práctica fue conocida como Caibu (採補), y consistía en un hombre penetrando a muchas mujeres sin eyaculación.

Muchos de los textos antiguos se dedicaron a explicar cómo un hombre podría usar el sexo para extender su propia vida.

Tener relaciones sexuales en estos tiempos dañaría el espíritu de un hombre y haría que las mujeres se enfermasen.

Si en estos días el hombre eyaculaba después de la medianoche, el niño sería probablemente varón.

Siguiendo estos preceptos se suponía que la descendencia de la familia sería buena, sabia y virtuosa.

En cambio, si los preceptos no eran seguidos, la descendencia sería maligna y finalmente la familia se extinguiría.

Libros sexuales taoístas, tales como el Hsuan Wei Hshin ("imágenes mentales de los misterios y sutilezas de las técnicas sexuales") y San Feng Tan Cheueh ("instrucciones de Zhang Sanfeng de alquimia fisiológica"), escritos, respectivamente, por Zhao Liangpi y Zhang Sanfeng (que no debe confundirse con el semimítico Zhang Sanfeng que vivió en un periodo anterior), llaman a la mujer compañera sexual ding (鼎) y recomendaban relaciones sexuales con vírgenes premenárquicas.

[17]​ De acuerdo con Ge Hong, un alquímico taoísta del siglo IV, "aquellos que buscan la 'inmortalidad' debe perfeccionar los elementos esenciales absolutos.

De hecho, las artes sexuales tenían que ser practicadas junto con alquimia para conseguir mayor longevidad.

Ge Hong también advirtió que estas prácticas podrían ser peligrosas si se hacían de forma incorrecta.

"合气" ("La unión de las esencias"), ilustración de Chang We-Che'ng que vivió en los siglos VIII y IX , dinastía Tang .