En la mitología griega, Potos, Pothos o Poto (en griego: Πόθος, romanizado: Póthos, «añoranza») era la personificación del deseo amoroso.A Pothos se lo imagina como hijo de Afrodita,[1]o bien nació de la unión alegórica entre Céfiro e Iris.[3] Se representaba junto a Eros e Hímero, dioses del amor, como un joven alado en el templo de Afrodita en Mégara, esculpido por Escopas.[4] Los griegos usaban el término «pothos» para referirse al tipo de deseo que conduce a la muerte.«Tener pothos por los muertos» significa recordarlos continuamente, estar encantado por ellos.